Uno de los aspectos más fascinantes de la reflexología es que el cuerpo entero se puede "leer" y trabajar desde los pies, las manos o incluso la cara. Pero, ¿cómo es esto posible? ¿De qué manera presionar un punto en el pie puede influir en tu estómago, tu cabeza o tu columna?
En este artículo te explico cómo funciona la reflexología, qué son los puntos reflejos, cómo están organizados y por qué esta técnica puede ayudarte a sentirte mejor de forma natural.
¿Qué son los puntos reflejos?
En reflexología, se considera que ciertas zonas del cuerpo —especialmente los pies, las manos y la cara— contienen terminaciones nerviosas conectadas con distintos órganos, glándulas y sistemas.
Cada uno de estos puntos actúa como un “reflejo” de una parte del cuerpo. Al estimularlo de forma precisa, se envía una señal al sistema nervioso que favorece la relajación, la autorregulación y el equilibrio funcional de ese órgano o área.
¿Dónde están ubicados los puntos reflejos?
Los más conocidos están en los pies, donde se encuentra un mapa bastante detallado del cuerpo:
Dedos del pie: reflejan la cabeza, el cerebro, los senos paranasales y el cuello.
Parte media del pie (el arco): está relacionada con los pulmones, el corazón, el estómago, el páncreas y otros órganos del torso.
Talón y parte inferior: se asocian con la zona lumbar, el intestino y los órganos reproductores.
Interior del pie: refleja la columna vertebral.
Exterior del pie: representa los brazos, las piernas y las articulaciones.
Este esquema se repite de forma similar en las manos y, en versiones más suaves y precisas, en la cara y las orejas.
¿Cómo actúa la reflexología en el cuerpo?
Al presionar un punto reflejo:
Se estimulan terminaciones nerviosas conectadas con el órgano correspondiente.
Se mejora la circulación local y el flujo de energía vital.
Se activa la respuesta del sistema nervioso autónomo, que regula procesos involuntarios como la digestión, la respiración o la frecuencia cardíaca.
Se reduce la tensión muscular y emocional, lo que favorece la recuperación natural del cuerpo.
Todo esto contribuye a que el organismo funcione mejor, se recupere más rápido o se libere de bloqueos energéticos y emocionales.
¿Qué diferencia hay con la acupuntura?
Ambas técnicas se basan en puntos reflejos, pero la reflexología trabaja solo con presión manual, sin agujas. Además, la reflexología se basa en mapas reflejos de zonas amplias (como el pie), mientras que la acupuntura utiliza canales de energía llamados meridianos.
¿Es necesario trabajar todos los puntos?
Depende del objetivo de la sesión. Un terapeuta puede hacer:
Un tratamiento general: trabajando todo el mapa de pies o manos para equilibrar el cuerpo completo.
Un tratamiento específico: centrado en los puntos reflejos que se relacionan con una molestia concreta (por ejemplo, estómago, cuello, riñones...).
En ambos casos, se busca estimular el equilibrio natural del cuerpo, no forzar una reacción.
¿Duele cuando se presionan los puntos?
No debería doler, aunque algunos puntos pueden estar más sensibles, especialmente si hay un desequilibrio en el órgano relacionado. Esa molestia suele durar pocos segundos y tiende a desaparecer conforme se trabaja el punto.
La mayoría de personas describe la sensación como un alivio progresivo, acompañada de una profunda relajación.
Conclusión
La reflexología funciona porque el cuerpo está interconectado, y cada parte refleja el estado de otra. Al estimular puntos reflejos, se favorece el equilibrio, se relajan tensiones y se activa la capacidad natural del cuerpo para sentirse bien.
¿Sabías que tus pies pueden hablar por ti? Con la reflexología, puedes escucharlos… y cuidarte desde lo más profundo.
Uno de los aspectos más fascinantes de la reflexología es que el cuerpo entero se puede "leer" y trabajar desde los pies, las manos o incluso la cara. Pero, ¿cómo es esto posible? ¿De qué manera presionar un punto en el pie puede influir en tu estómago, tu cabeza o tu columna?
En este artículo te explico cómo funciona la reflexología, qué son los puntos reflejos, cómo están organizados y por qué esta técnica puede ayudarte a sentirte mejor de forma natural.
¿Qué son los puntos reflejos?
En reflexología, se considera que ciertas zonas del cuerpo —especialmente los pies, las manos y la cara— contienen terminaciones nerviosas conectadas con distintos órganos, glándulas y sistemas.
Cada uno de estos puntos actúa como un “reflejo” de una parte del cuerpo. Al estimularlo de forma precisa, se envía una señal al sistema nervioso que favorece la relajación, la autorregulación y el equilibrio funcional de ese órgano o área.
¿Dónde están ubicados los puntos reflejos?
Los más conocidos están en los pies, donde se encuentra un mapa bastante detallado del cuerpo:
Dedos del pie: reflejan la cabeza, el cerebro, los senos paranasales y el cuello.
Parte media del pie (el arco): está relacionada con los pulmones, el corazón, el estómago, el páncreas y otros órganos del torso.
Talón y parte inferior: se asocian con la zona lumbar, el intestino y los órganos reproductores.
Interior del pie: refleja la columna vertebral.
Exterior del pie: representa los brazos, las piernas y las articulaciones.
Este esquema se repite de forma similar en las manos y, en versiones más suaves y precisas, en la cara y las orejas.
¿Cómo actúa la reflexología en el cuerpo?
Al presionar un punto reflejo:
Se estimulan terminaciones nerviosas conectadas con el órgano correspondiente.
Se mejora la circulación local y el flujo de energía vital.
Se activa la respuesta del sistema nervioso autónomo, que regula procesos involuntarios como la digestión, la respiración o la frecuencia cardíaca.
Se reduce la tensión muscular y emocional, lo que favorece la recuperación natural del cuerpo.
Todo esto contribuye a que el organismo funcione mejor, se recupere más rápido o se libere de bloqueos energéticos y emocionales.
¿Qué diferencia hay con la acupuntura?
Ambas técnicas se basan en puntos reflejos, pero la reflexología trabaja solo con presión manual, sin agujas. Además, la reflexología se basa en mapas reflejos de zonas amplias (como el pie), mientras que la acupuntura utiliza canales de energía llamados meridianos.
¿Es necesario trabajar todos los puntos?
Depende del objetivo de la sesión. Un terapeuta puede hacer:
Un tratamiento general: trabajando todo el mapa de pies o manos para equilibrar el cuerpo completo.
Un tratamiento específico: centrado en los puntos reflejos que se relacionan con una molestia concreta (por ejemplo, estómago, cuello, riñones...).
En ambos casos, se busca estimular el equilibrio natural del cuerpo, no forzar una reacción.
¿Duele cuando se presionan los puntos?
No debería doler, aunque algunos puntos pueden estar más sensibles, especialmente si hay un desequilibrio en el órgano relacionado. Esa molestia suele durar pocos segundos y tiende a desaparecer conforme se trabaja el punto.
La mayoría de personas describe la sensación como un alivio progresivo, acompañada de una profunda relajación.
Conclusión
La reflexología funciona porque el cuerpo está interconectado, y cada parte refleja el estado de otra. Al estimular puntos reflejos, se favorece el equilibrio, se relajan tensiones y se activa la capacidad natural del cuerpo para sentirse bien.
¿Sabías que tus pies pueden hablar por ti? Con la reflexología, puedes escucharlos… y cuidarte desde lo más profundo.